Aleisha Cruwys: «Tuve la gran suerte de formar una familia lejos de casa gracias a mis compañeros, entrenadores y amigos» Publicado en 26 ene 2023, 11:30h en Becas deportivas, Deporte femenino, Estudiar en USA, Interesante becas deportivas, Interesante fútbol 
Nuestra compañera Aleisha Cruwys estudió 4 años en Lenoir-Rhyne University. Ahí pudo compaginar su pasión por el fútbol con una carrera de sports management y multimedia communications gracias a una beca. Ahora, Aleisha se ha unido a nuestro equipo para ayudar a muchos deportistas a vivir su propia experiencia.
¿Quieres saber cómo le fue? ¡Sigue leyendo!
¿A qué edad empezaste a jugar a fútbol? ¿A qué nivel jugabas antes de irte a Estados Unidos?
¡No me dejaban jugar a fútbol hasta que cumplí los 12 porque mi madre me decía que era demasiado bruta! Intentaba placar a todo el mundo así que mi madre me dijo que podría jugar cuando fuera más mayor. Antes de irme a USA, jugaba para el equipo Reading FC Women reserves, y representé a Wales FA de pequeña.
¿Cómo te enteraste de la oportunidad de ir a USA con una beca de fútbol?
Me enteré de la oportunidad de poder jugar y estudiar en Estados Unidos porque las amigas de mi hermana se fueron ahí. Mi hermana es tres años más mayor que yo, así que cuando sus amigas empezaron a buscar universidades, supe al instante que yo también quería ir.
Trabajaste con nuestros colegas de CSUSA. ¿Cómo fue el proceso con ellos?
CSUSA fue una empresa estupenda para trabajar a la hora de encontrar una universidad para mí. Desde el principio cuando asistí al showcase hasta el final cuando llegó la hora de irme a Estados Unidos, el proceso fue muy organizado y profesional. Yo fui una cliente un poco difícil, ya que decidí hacer una pausa en el proceso de búsqueda y tomarme un año sabático para seguir jugando al fútbol en Inglaterra una temporada más, pero David Stanbra siguió trabajando para encontrar la opción perfecta para mí.
¿Por qué elegiste Lenoir-Rhyne?
En cuanto hablé con el entrenador Gary Higgins (ahora entrenador de la Eastern Carolina University), supe que quería jugar en su programa. Su metodología y sus resultados habían demostrado éxito, y yo quería contribuir a que ese éxito continuara. En el equipo también había jugadoras internacionales, así que sabía que tendría una sensación de afinidad a mi alrededor.
¿Cómo era para ti un día normal?
Tuve mucha suerte porque no solía tener entrenamientos matutinos ni clases a las 8 de la mañana, así que iba al campus a desayunar al comedor, me tomaba un café en Joe’s (nuestra versión universitaria de Starbucks) y luego me iba a clase. Entre clases, muchos estudiantes pasaban su tiempo libre socializando o haciendo deberes en Joes, así que solía estar ahí un par de horas al día. ¡Si había partido, lo más probable es que estuviera viendo el partido en lugar de hacer los deberes! Una vez terminadas las clases, almorzaba más temprano y me dirigía a la sala de entrenamiento. Si habíamos tenido un partido el día anterior o me sentía especialmente dolorida, hacía un poco de recuperación o iba al gimnasio para rodar antes de entrenar. Mis compañeras y yo siempre teníamos tiempo libre entre las clases, la comida y el entrenamiento, así que pasábamos el rato en el vestíbulo del gimnasio con otros deportistas. Después del entrenamiento, todo el equipo nos íbamos a cenar al comedor. Después, terminaba los deberes o los exámenes y acababa la noche viendo una serie en la cama.
¿Qué crees que fue lo mejor de tu experiencia como student-athlete? ¿Y lo peor?
Ser student-athlete tiene muchas ventajas, pero una de las principales es poder seguir practicando tu deporte a un alto nivel mientras obtienes un título universitario. No hay muchas oportunidades en las que te encuentres en un entorno académico que te permita competir con tanta profesionalidad y, al mismo tiempo, progresar en tus estudios.
Lo peor, al menos para los internacionales, es estar bastante lejos de casa y de la familia. Es un gran paso alejarte de lo que estás acostumbrado. Además, añadir la diferencia horaria y todo lo demás puede ser bastante duro. Tuve la gran suerte de formar una familia lejos de casa gracias a mis compañeros, entrenadores y amigos. Suena a tópico, pero es verdad.
Después de graduarte, conseguiste tu OPT en la Academia del Barça en Charlotte. ¿Cómo fue pasar de jugar a entrenar?
Al principio fue muy difícil, sobre todo porque mi entrenador me había ofrecido quedarme un año más después de ganar la elegibilidad por el COVID. Pero una vez que lo superé, disfruté mucho cambiando de rol y pasando a estar en la banda. Adquirí una perspectiva totalmente nueva del juego, y ojalá pudiera volver atrás y repetir mi carrera universitaria de nuevo con todo lo que sé ahora.
Si tuvieras la oportunidad, ¿volverías a hacerlo todo?
100000000000%! No dudaría en repetir todo el proceso. Han sido los mejores cinco años de mi vida, y sé que he hecho amistades para toda la vida. A los deportistas que no estén seguros de ir, siempre les diré que al menos lo intenten. Quizá no sea para todo el mundo, pero más vale darte cuenta de que te has equivocado que perder la oportunidad.
Ahora que te has incorporado al equipo de AGM, ¿qué te gustaría conseguir?
Me encantaría ayudar a otros a tener una experiencia similar a lo que yo viví en Estados Unidos. Ser capaz de dar a otros la oportunidad de aprender una nueva cultura, conocer amigos de todo el mundo y explorar un país completamente nuevo será increíble. ¡Estoy muy emocionada de poder hacerlo!
BECAS DE FÚTBOL EN USA
¿Eres futbolista? ¿Te gustaría vivir la misma experiencia que Aleisha? Tú también puedes conseguir una beca deportiva para estudiar y competir en una universidad en EEUU. Para conocer tus opciones, el primer paso es completar con tus datos el formulario de nuestra página web. De esa forma, evaluaremos tu perfil académico y deportivo y te informaremos de tus opciones de conseguir una beca deportiva en USA.
